A veces, descuidar las tareas del hogar puede conducir a grandes cosas. Le pasó al artista digital de Nueva York elaine ashburn. Ashburn siempre se olvidaba de sacar su reciclaje y terminaba en el centro de reciclaje de Hastings-on-Hudson los sábados. Allí encontró un tesoro de objetos y muebles pintorescos: farolas antiguas, sofás de terciopelo antiguos o maniquíes. Fascinada con este revoltijo de rarezas, comenzó a tomar fotografías, semana tras semana, y a manipularlas en Photoshop, para documentar las imágenes fugaces que afectan nuestra vida cotidiana. Sus collages son como sueños lúcidos en technicolor. Figuras y objetos flotan en una neblina de estupor, como si aparecieran desde lo más profundo de nuestro subconsciente. En medio de destellos de luz, espeluznantes muñecos, estatuas de ángeles y velas parpadeantes, nos sumergimos en las espectaculares visiones de Ashburn, ebrio y casi alucinado.

Ashburn se graduó en Diseño Publicitario en la Facultad de Tecnología de la Ciudad de Nueva York y tomó clases de arte en FIT y en la Escuela de Artes Visuales. Participó en el MvVO Ad Art Show en el Oculus, dentro del NY World Trade Center, y fue una artista destacada en el Hudson Independent, un periódico local, que la destacó como una artista seria que reside en Hudson Valley. Cuando no está rebuscando en los centros de reciclaje, trabaja en publicidad. Su currículum incluye empresas como Ogilvy, Grey, KBS+P, Saatchi & Saatchi y FCB.