de Valerie Caillet-Bois planos pétreos acuchillan y cortan la atmósfera en sus lienzos silenciosamente surcados. Su formación en el trabajo de vidrieras es evidente en sus secciones aplanadas y líneas audaces. Sin embargo, la sutileza de sus pinturas refleja los paisajes que representa: los cielos blancos y fríos se sienten quietos y gélidos contra los riscos montañosos. Al ver su trabajo, no sorprende que Caillet-Bois provenga de Suiza, hogar de algunos de los paisajes montañosos más majestuosos del mundo. Ella afirma que solo necesita buscar inspiración en el exterior para su práctica artística y ha desarrollado un estilo que representa de manera única la relación entre el pintor y el entorno en el que se encuentra.