artista sueco andré bakoš crea fascinantes pinturas abstractas utilizando una técnica puntillista colorida de toques o puntos de pintura aplicados al lienzo en una forma intensamente estratificada única para él. Como resultado de esta aplicación, los colores parecen ondularse como entidades independientes en la composición y como una poderosa gestalt. La profundidad presente en las obras sirve para invitar al espectador a adentrarse en el plano pictórico. Sugiriendo cualquier cosa, desde la densa fauna hasta la radiación cósmica y el cielo nocturno, Bakoš crea arte abstracto específicamente para capturar el ojo y el alma del espectador y permitirle dejar salir sus fantasías dentro de la densa pintura sobre el lienzo. Sus pinturas son tan infinitas como el universo inexplorado e incomprensible.

Bakoš ha encarnado el ideal romántico del artista hambriento que trabaja por pasión, para bien o para mal. En 2010, sintiéndose al final de su cuerda, vendió todas sus posesiones y compró un boleto de ida a Nueva York. Tan pronto como dio sus primeros pasos en Manhattan y experimentó las luces, los sonidos y la energía pura que es la ciudad de Nueva York, algo cobró vida dentro de él y su pasión por la vida se reavivó. Aunque le llevó dos años más poner el pincel sobre el lienzo, fue en esos primeros momentos cuando su chispa creativa se convirtió en lo que es hoy. Bakoš actualmente reside en Francia.